REVOLOTEO DE PALABRAS

Un cuento

Segundo grado

La entrada dice, un adolescente, una familia, un bebé y el asesinato del hermano al recién nacido. Mi familia sufre con hambre por culpa de alguien. Y la mató con dolor.

Despolvé cuadernos que mamá guardó, testimonios del progreso -perturbado- que ese cerebro y manos concebidas con esfuerzo crearon. Guardó más mis palabras que cualquier tortuga de arcilla o marco comestible. Y con la prohibición de hacer macanadas, garabatos en la parte de atrás del cuaderno, revisé con certeza la última página.

Un cuento, el cuento. Así me inicié.



POST-ITS DE FRUTILLAS

ACT I

Caja tamaño “Hombre 40 años”.
Ahogado en hojas.
Hojas secan retina de ojos, con semejante color, brillo y molestia. Conocido como post-its.
Ideal, anótese, para recordar y marcar. Otros, en cambio, las usan para aparentar orden
desesperado.


ACTO II

El hombre que entra en la caja toma el cuaderno, su ubicación dibuja un recorrido en
diagonal exacto con su pluma recargada.
Sus vértebras se sostienen para mantener la dignidad perdida en hamburguesas nocturnas, cerveza caliente siete veces al día y caramelitos masticables sabor frutilla. Solo frutilla.
Mira el jugoso fajo de billetes puestos en la cama con el cuidado que su madre nunca le dio, o al menos así recuerda.
Punto final. Piensa.
Mira la caja.

ACTO III

¿Hay algo importante que debamos saber de este sujeto? Preguntó el policía, investigador o cualquiera sea la figura que aparece cuando la mucama de un hotel encuentra al hombre dentro de la caja tamaño 40-años cubierta de post-its, post-its señalados en tragedia.

El cuaderno encontrado, en página 11 de octubre, decía:

Intento de un poema
Una raya muerta de sed sujeta la lenta tipografía que electa para dicha escritura. Sin tachas ni
manchas.
Intenté escribir un poema
Hace días
Años
Realmente
La frutilla siempre me gustó
Ácida, roja, tan bonita
Y desgraciada
Lo único que provoca son ronchas
Yo termino siendo una frutilla
Cada vez que las meto en la boca.
Pd.: Espero les guste, llevo armando este poema desde hace tiempo. Ojalá lo
hubiese pensado más.
Firma: poeta de un solo intento.

ACTO IV
Marcos Astiga, intentó ser poeta. No lo logró. Su afinidad por los números sólo permitió
hacer una fortuna sedentaria y angustiante.
El casino.
Juegos en números planeados en el quiebre de la cabeza absoluta. Su mente aplastando
palabras forma la victoria.
Irónico, pensaron varios policías al sacar el cuerpo de la caja. A ninguna mano escurridiza le importó el dinero exhibido. En fajos. En luz. En soledad. A nadie en absoluto.
Astigas dejó oculto bajo las calorías almacenadas por los caramelitos masticables sabor
frutilla:

Mi cuerpo al fin ha escrito el mejor poema.

ACTO V

El casino de abajo aún funciona.
Marcos Astiga, en cambio, se ha vuelto frutilla… ¿o poeta?



EL PARTO

Sumergidos en la carne rosa de aquel crustáceo, ese hombre uva pasa de piel rosa y perfumada a camisa verde junto al hombre de cuerpo sonrisa. Engullían, charlaban y masticaban.

De carne rosa a reloj cucú marca las 12:15. Retumba en cabezas de ensueño. Cabezas ocultas en la tierra esperando que otoño termine, junio azotando ocres, naranjas y marrones, se contrapone con el azul del cielo. Se agita, se menea el canvas azul desteñido de nubes.

El cáliz hecho mujer deambula por pasillos, de una esquina sale y entra al siguiente pasillo.

Esquina, pasillo,

esquina, pasillo.

Para,

aún hay camino por recorrer.

De sus pies y sus cuellos, el cuello de arriba y el cuello de abajo, una cuerda de carne, una lombriz atada la estiran, estiran sus cuellos al fondo del pasillo.

Al fin el hombre uva pasa corta la torta, sin vela aún ni años cumplidos, quita la uva risueña, carnosa. Él, ella y los otros esperan tomar vino de la nueva uva. Seca, no pasa nada. Agitadas manos voraces estrujen la fruta. Lluvia de vino tinto que yace en mi copa.

¿Hubo tajada más grande para cuerpo tan pequeño? MAMÁ CUESTIONA

Lágrima, eso nunca hubo.

¿Podría ser que ese llanto lo está reservando para más adelante? pregunta mamá al doctor.


[procesando] GARABATO PALABRAS